Eclipse de una tarde gongorina

Ricardo Peña Barrenechea

Fragmento:

V

Ricardo Peña Barrenechea

En malva azul tendida niña,
geranio de ojos de gacela
sobre el cristal de la campiña.

La pierna corre por la arena
—lebrel de espuma que despide
la nalga limpia azul morena.

Es negro el pelo que la encinta
desde la nuca hasta el ombligo
—azul morena y verde en pinta.

Fulgor de aristas y querubes.
Jugando a solas con el sexo
se van sus ojos por las nubes.

X

Naranjas niñas del sol.
Por cielo y mar las gaviotas
a lomos de caracol.

Senos de rubias doncellas.
Brisa enana y desdos ángeles
saludan hoy las estrellas.

Tarde de otoño marino.
La luna rota en las manos,
y todo el mar en el vino.

Cielos de piel ambarina
con olor a carne virgen
y sabor de golondrina.

XXV

Niña del cielo por abril florido.
Jilguero tornasol —pluma nevada
con la niebla del canto en la mirada
y el fuego de la mar en el vestido.

Del campo desdeñé pájaro ido
por asir de su lengua el pez espada;
y a la espiral del aire la enconchada
prendido a la metal de su sonido.

Al claro día di la herida espalda.
Y al marfil de su cuerpo el ojo-velo;
desnudo ya en su gruta de esmeralda.

Carrousel de la dicha y los dolores.
—oh fuego de la mar, rosa del cielo—
de estirpe y manantial de ruiseñores.